Seguro que te sucede que de vez en cuando reflexionas sobre los nuevos objetivos que te pones al inicio de cada año y los cambios del año anterior que aún no has logrado alcanzar y que darían un giro radical a tu vida, a tu trabajo, a tus finanzas, a tus relaciones personales y/o profesionales.
Una de las cosas que más te puede ayudar a lograr tus objetivos es tener un porqué claro y poderoso. Si tienes un “porqué” poderoso puedes pedirte a ti mismo cualquier cosa, pues es gracias a este “combustible” interno que podemos conseguir dar lo mejor de nosotros cuando las dificultades interfieren en la consecución de nuestros objetivos personales, de relaciones, de trabajo y otros.
Ahora bien la cuestión es… ¿cómo alimentar este combustible para que nos ayude a realizar los cambios que tanto deseamos? Para conseguirlo, haz el siguiente ejercicio práctico.
Tómate un momento tranquilo a solas y escribe tres situaciones que durante el año anterior hayan contribuido a tu crecimiento. Piensa, por ejemplo, en las siguientes situaciones:
- Un resultado que te ha hecho sentirte orgulloso de ti mismo, porque esto te ayuda a reencontrarte con tus talentos y con lo que eres capaz de hacer).
- Una persona que te haya ayudado a alcanzar uno de tus objetivos, porque esto puede ser un punto de referencia para los objetivos futuros.
- Una lección que hayas aprendido de uno de tus errores, porque puedes utilizarla en tus proyectos para el nuevo año.
Acumular recuerdos en tu base de datos te ayuda a clarificar; cuanto más consciente te vuelves de lo que has sido capaz de hacer y de lo que la vida te ha enseñado, más podrás utilizar estos recursos para acelerar la consecución de tus próximos objetivos.
Finalmente, tu porqué debe estar orientado a implementar cambios profundos en aquello que te produce insatisfacción. Para ello, te sugiero la conferencia “Cambia tu enfoque” de Tony Robbins, el cual contiene ESTRATEGIAS para comenzar a reducir la brecha entre lo que tienes y lo que quieres.